Blancos y Rosados de Uruguay: Temp. 1 – Cap. 4 (Bodega Bouza)

08.03.2021

Aquí el cuarto capítulo de una serie de artículos relacionados a los excelentes vinos blancos y rosados producidos al Este del Río Uruguay. Selecciones presentadas en cada publicación, por bodegas, estilo de vinos, con maridajes sugeridos, y precios promedio de cada etiqueta. Esperamos que la serie les resulte útil, y sirva como una guía a la hora de adquirir este tipo de vinos (en el caso concreto de este capítulo, solo blancos) que seguro sorprenderán su paladar mostrando que nuestro Uruguay no vive solo de tintos.  

En el capítulo de hoy: cinco etiquetas de Bodega Bouza, una empresa familiar propiedad de Juan Bouza y su esposa Elisa Trabal, que cuenta además - como Gerente de Enología y socio - al Dr. en Química Eduardo Boido, un muy conocido profesor que ha contribuido a formar muchos enólogos jóvenes uruguayos. Vinificando uvas de cinco viñedos, a saber: de Melilla (Montevideo) Las Violetas y Canelón Chico (Canelones) y de los cerros Pan de Azúcar y Las Espinas (Maldonado) la empresa posee una amplia variedad de productos que parten de una gama media y trepan hasta la alta gama, donde los vinos blancos (especialmente sus Albariños) se destacan por ser la primera empresa uruguaya del rublo vitivinícola en cultivarla y haber obteniendo éxito y reconocimientos con esta variedad de origen ibérico. Tal las raíces de la propia familia Bouza.

Veamos de que se trata esta selección del día de hoy....

El referente de la variedad: Bouza Albariño 2020 ($ 770)

El primer varietal de esta vinífera elaborado en Uruguay (en el año 2004) fue este de Bouza. Dieciséis zafras después - este de la cosecha 2020 - se muestra tan fresco y fascinante que nunca pierde vigencia ni aburre al paladar. Notas frutales de pera y duraznos maduros, untuosidad, y buen volumen medio se reflejan en este blanco de primer nivel que no llega a las 20.000 botellas producidas. Muy bueno en la mesa acompañando tortilla de papas, queso tipo tetilla, pimientos de piquillo rellenos de crema con frutos de mar, y de un buen pulpo sobre rodajas de papa con toque de un buen aceite de oliva virgen extra y pimentón. Beber a unos 10 grados.


El clásico que encanta paladares: Bouza Chardonnay 2019 ($ 770)

De esos vinos que sobresalen del promedio de los Chardonnay's uruguayos. Expresión de un viñedo cultivado en Las Violeta (Canelones) que en la zafra 2019 contaba con 29 años de vida, mezclado con un porcentaje de fruta de un viñedo más joven localizado en Melilla (Montevideo) Es un blanco seductor que se muestra de color amarillo pajizo con reflejos verdosos muy brillantes, y perfume a frutas de carozo y especias aportadas por la noble madera en la que es criado durante nueve meses. En la boca se muestra de volumen medio, untuoso, y con equilibrada acidez final. Buen compañero de una tarta crocante de quesos y crema bechamel, de un arroz marinero, y de un meloso panqueque de manzanas con helado de vainilla. Para beber a uno 10 grados.


El "Chardo" de nuevo terruño: Bouza Viñedo Pan de Azúcar Chardonnay 2019 ($ 830)

Marcadas por los vientos marinos con efecto "virazón" las uvas obtenidas en las faldas del Cerro Pan de Azúcar siguen siendo vinificadas en la bodega de Melilla, mientras la nueva bodega en Maldonado está tomando forma desde los cimientos. Este ejemplar blanco de carácter nos muestra otra cara del Chardonnay nacional: más mineral y salino que los del Sur uruguayo. Notas muy frescas de frutas blancas se dan la mano con las cáscaras de cítricos, las especias finas, y marcan un acidez muy particular que se da de maravillas en este vino con diez meses de crianza en madera. Excelente con unos pintxos de chipirones, aceitunas marinadas, y panceta, y también con una suprema de pollo a la plancha, regada con salsa de naranjas. Pare ser disfrutado entre los 8 y 10 grados.


El de la cara más mineral del cerro: Bouza Viñedo Pan de Azúcar Riesling 2019 ($ 830)

Es una uva rara para el Uruguay. Se la cultiva muy poco y por poquísimas bodegas. Este Riesling de buena factura es un vino de coloración amarillo verdosa, perfume de duraznos, nísperos y algo que recuerda a las piedras cuando se rosan unas con otras produciendo chispas. En la boca se manifiesta con un volumen bien interesante, buena fruta, acidez con buen fundamento, y un largo de boca que lo hace un blanco definitivamente muy exclusivo. Lo probamos con un filete de brótola a la plancha y salteado de pimientos de tres colores, y luego con unas costillas de cerdo acompañadas con un mix de verdes, y realmente sorprendieron las armonizaciones logradas. Para beber a unos 8 grados.


El de estilo gastronómico más marcado: COCÓ 2018 ($ 1870)

Corte muy bien logrado con los mejores Chardonnay barricados y un Albariño conservado fresco en tanque, en un blend que rinde honor a la madre de Juan Bouza, quien gustaba de los vinos blancos intensos como este. Con una producción de tan solo 2.486 botellas en la zafra 2018, este vino se muestra de un color amarillo con reflejos dorados, complejo en nariz (con mucha fruta madura y especias) que en boca se manifiesta rotundo, voluminoso, y de una untuosidad tal que lo hace totalmente seductor. De acidez equilibrada y largo medio en el paladar. Su lugar en la mesa está al lado de platos como una pasta rellena (ideales los sorrentinos de mozarella y bondiola) con una salsa cremosa de hongos, o una fideuá. Para beber a unos 10 - 12 grados, mejor en una copa de buen volumen, donde se expresa mejor.


Mayor información en www.bodegabouza.com


Texto: Sommelier Daniel Arraspide