Café y vino, o vino con café?
De acuerdo a lo que hemos estado estudiando sobre regiones vitivinícolas, es perfectamente cierto o muy creíble, la influencia directa e indirecta de los aspectos geográficos, climáticos y topográficos en viñedos, y en el vino al momento de beberlo. Son reglas de la naturaleza en cualquier cultivo, pero....
La vedette en en este momento es la versatilidad, lo diferente, así se aseguran un público "para un grupo de bebedores exclusivos". La consigna es lograr que TODOS BEBAN VINO de alguna manera. Así que habrá tantos tipos de vino (no cepas) como "ávidos paladares de sabores personalizados".
Es real el aporte de barricas de primera o segunda mano, tostadas menos o más, maderas de tal o cual origen, que brindan otros tonos, otros sabores. Estos sabores, no van a gustar a todos.
Pero siempre habrá un público, emergente y por qué no "forzado", aunque solo sea para argumentar, sentirse "únicos" y garantizarle el marketing a la empresa que los lanza.
¿Cuántas veces leemos esto?: "SOMOS LOS ÚNICOS QUE PRODUCIMOS ESTE PRODUCTO PARA UN PÚBLICO SELECTO Y CONSTANTE QUE NOS PIDE ESTE TIPO DE ELABORACION".
Creer o no, hoy todo tiene sus "secretos agregados", no hay misterio. La filosofía de la industria química juega un rol importante aquí. Compuestos, mezclas, pruebas, ensayo y error, combinaciones. No nos olvidemos del origen de la Coca Cola y su historia. Aceptemos o no, Einstein lo dijo en su teoría de la relatividad: "Nada se crea ni se destruye, solo se transforma".
Decimos que como bebedores queremos disfrutar de un vino diferenciado, con características destacadas. Esta expresión puede ser válida para todos, es muy general. La característica destacada podría ser un "simple grano de café" en el vino. También hoy se paga por las cervezas saborizadas.
Si bien a veces se simplifica a que "es cuestión de gustos", no es tan así. Es cuestión de necesidad del mercado. A quienes de verdad nos gusta el tema del vino, no perdamos de vista que este se produce con la expectativa de convertir algo en un producto ultra de moda para vender. Todo vale si hay consumidor.
Es cierto que debemos estar abiertos a nuevos sabores, al momento de sentarnos a "beber un vino" no olvidemos de ser fieles a conceptos básicos como paisaje, vendimia, colores, fermentación, estabilización, etc. Eso es el vino, un producto natural, un vehículo para el deleite de los sentidos. Lo demás es adorno y glamour.
Texto: Mariela Gómez (*)
Fotos: Divulgación
(*) Mariela Gómez es estudiante de la Carrera de Sommelier - cursando 2do. Año - en la Escuela de Sommelleríe de Carmelo. Inquieta, siempre anhelando estar bien informada, gusta de desarrollar textos entre copa y copa, hablando - y ahora también escribiendo - de sus experiencia con el vino y las bebidas.