El Legado celebró su décima vendimia, ahora también con posada

17.03.2020

Cuando un sueño se hace realidad y toma forma de vino, cuando la tenacidad y el trabajo se dan la mano con un importante porcentaje de pasión, cuando el potencial de una familia se manifiesta a través del servicio hacia sus huéspedes, ahí es cuando Usted se da cuenta que llegó a El Legado, un lugar especial donde ahora se puede vivir la experiencia completa.

Semanas atrás nuestra pasión por el vino nos llevó a recorrer los 1.048 kilómetros que separan el SPA do Vinho en el Vale dos Vinhedos (Bento Gonçalves, Sur de Brasil) a Bodega El Legado en Carmelo (Departamento de Colonia, Uruguay). El motivo de esa aventura? Disfrutar del evento "Una vendimia bajo las estrellas" organizado por la familia Marzuca - Barberis el último día del mes de febrero, y aprovechar la oportunidad para conocer y hospedarnos en una de las cuatro flamantes "casitas" que integran la posada que el establecimiento gerencia desde el pasado mes de noviembre.

Llegar allí - luego de un largo viaje - y ser recibido por Bernardo y María Marta (matrimonio de propietarios) ya reconforta el alma luego de manejar durante varias horas, y da la certeza que no se trata de cualquier lugar en donde las cosas son dejadas a la suerte o al azahar, sino que, muy por el contrario, son los propios emprendedores que cuidan hasta de los más mínimos detalles, desde que llegas, hasta que partes.

Cómodas cocheras a un costado de la posada, bicicletas en el porche de esta, y la llave en la puerta (que no hace otra cosa que reafirmar que aún en Carmelo se puede vivir tranquilo sin la necesidad de colocar rejas) son los primeros detalles que se aprecian al llegar a la casa número 3, de las cuatro que componen el petit alojamiento que con su bodega exclusiva de vinos finos y el enoturismo al que se viene dedicando desde hace unos cuantos años está ranqueada como número 1 en la categoría "Cosas que hacer en Carmelo" contando con Certificado de Excelencia en el portal Tripadvisor.

Un amplio sofá y mesa frente a las amplias ventanas con vista a los viñedos y bodega, kitchenette equipado con frigobar, microondas, vajilla y hasta una cafetera expresso - además de copas y botellas de los vinos elaborados en el establecimiento - tientan los sentidos y hacen del disfrute de quienes llegan allí buscando descanso y confort.

Cama King Size con abundantes almohadas, sábanas y acolchado importados, un smart TV con acceso a wi fi, y un soberbio baño con todos los amenities y amplia área de ducha, hacen que los huéspedes se sientan más que mimados.

Pero luego de un par de horas de descanso, las actividades debían continuar, y El Legado ya lucía pronto y recibiendo a los primeros participantes, que al caer el sol en la calurosa tarde veraniega, llegaban para vivir la experiencia de la vendimia y posterior cena, claro está, en todo momento muy bien regada a vinos. Mesas de quesos, fiambres, uvas, y panes (muy bien armadas, al punto que aquello "se podía comer con los ojos") y una estación con el Syrah y el Tannat (ambos de la zafra 2017) que la casa elabora, servían para dar bienvenida al nutrido grupo de participantes del lindo evento.

La luna iluminaba el viñedo, la música sonaba, los haces de las luces surcaban el viñedo y se elevaban hasta las escasas nubes del cielo carmelitano, mientras el calor invitaba a servirse una nueva copa de vino levemente refrescado. Ya sobre la hora 21, y luego que el enólogo Daniel Cis presentara a Bernardo "Beri" Marzuca (alma matter de la empresa) haciendo referencia a la historia de El Legado, y éste agradeciendo a los presentes, nos invitó al viñedo de Tannat en donde una filas aguardaban a "los vendimiadores" para el corte de las uvas y posterior procesado de las mismas.

El clima era de fiesta, y luego de que las cajas de vendimia estuvieron llenas de las muy negras y dulces uvas, la despalilladora se puso en marcha y las cajas fueron volcadas para el estrujado de las uvas y consiguiente encubado del mosto en uno de los tanques de fermentación. Solo restaba poner broche de oro a una gran noche (joven aún) y los fuegos que estaban a full lo sabían.

De parrillas, los chorizos, mollejas, cortes de carne vacuna y porcina (los cochinillos estaban espectaculares) comenzaban a salir y ser servidos en braseros, con mesas donde una muy buena variedad de ensaladas estaba dispuesta, y todo ello al mejor estilo self service, sin faltar, claro está, los bellos tintos de la casa.

La noche se extendió entre buena mesa, conversación muy jugosa, y buen vino, hasta altas horas. Y lo mejor, nuestra casita número 3 de la Posada El Legado, estaba ahí, a solo 70 metros, a un escaso minuto de la bodega, aguardándonos - aire acondicionado encendido - para brindar confort y una noche de descanso reparadora, que luego fue recompensada con un abundante, casero y riquísimo desayuno servido en la propia posada.

Qué más se puede pedir? Solo volver ni bien sea posible, para repetir la gran experiencia!


Mayor información en https://www.facebook.com/ellegadobodegaboutique/

 

Texto y videos: Sommelier Daniel Arraspide

Fotos: Andrea Fontes