Montes Toscanini lleva adelante un proyecto de investigación con vinos de mínima intervención

01.09.2020

CRUDO y TESTIGO son los nombres elegidos para el proyecto que dará a luz un total de 14 vinos tintos diferentes entre varietales y blends, una decena de ellos sin barrica, dos con el agregado de roble alternativo, y otros dos - que tardarán algún tiempo más en llegar a los consumidores - en versión "barricado". Mitad de ellos elaborados sin adición de sulfitos, ni ningún agregado químico, y a los que no se les practicaron tratamientos físicos. Los otros siete, vinificados de forma tradicional, sulfitados, además de clarificados, estabilizados y filtrados. Solo el seguimiento de los productos a lo largo del tiempo, mediante la degustación, dará el veredicto de como evolucionarán ambos estilos.

"Partimos de una excelente materia prima que nos brindó la vendimia 2020, de otra forma hubiera sido muy complicado poner a andar este proyecto, que surge además por nuevas herramientas de biotecnología que en la actualidad tenemos disponibles, y que a través de este proyecto estamos evaluando" comienza contándonos el Enólogo Leonardo Montes, a quien visitamos en su bodega familiar localizada en pleno casco urbano de la Ciudad de Las Piedras, Departamento de Canelones.

"Elegimos cuatro varietales tradicionales que comunmente elaboramos: un Tannat, un Merlot, un Cabernet Franc, y un Syrah, de producciones medias por hectárea. Elaboramos las variedades por separado, con un protocolo tradicional de vinificación, con maceración y fermentación corta por un período de siete días, con dos remontajes diarios, y una temperatura media de 25 grados. Recibimos las uvas en cajas plásticas que estaban cargadas hasta la mitad (para evitar roturas de granos y preservar la sanidad de los racimos que ya habían sido seleccionados en el viñedo) y encubamos sin agregado de sulfitos, con agregado de levaduras seleccionadas" nos comenta el técnico.

Luego de completada la fermentación alcoholica y una vez hecha la fermentación maloláctica, parte de los cuatro vinos iniciales fueron trasvasados a otras piletas, en donde reposaron durante los meses más fríos del otoño e invierno para que decantaran sus borras gruesas de manera natural, hasta llegar el momento de su embotellado. Otra parte fue sulfitada, clarificada, estabilizada y filtrada, siguiendo así el proceso tradicional. Porcentajes de ambos estilos de vinificación, a la fecha de esta nota se encuentran, por un lado, en contacto con duelas, y por otro lado en barricas, aguardando el tiempo necesario hasta su embotellado.

Referente al proyecto, Leonardo Montes señala que "Es una especie de ensayo a modo de investigación para analizar la viabilidad de elaborar en forma comercial vinos sin sulfitar, que sean aptos para poder exportar, por ejemplo, que nos den una tranquilidad en la estabilidad y sanidad del producto. Entonces el desafío planteado es comprobar como es la evolución y comportamiento de ambas elaboraciones."

De la degustación que hicimos - en nuestro caso concreto, ambos blends - podemos comentar....

CRUDO BLEND 2020 (botella 786 de 1.200)

Variedades: Merlot, Cabernet Franc, Tannat, Syrah

Alc. en Vol.: 13,8

PH: 3,65

So2T: 17 mg. (no agregado, producido naturalmente por las levaduras)

Color: 1.460

Envasado: 30 de julio de 2020

Al servirlo en la copa sorprende la vivacidad de su color violáceo profundo, que observado detenidamente en su aspecto presenta una leve opacidad. Intensos perfumes de frutas rojas maduras se manifiestan al instante, destacando una nariz franca que invita al disfrute. En boca se aprecia con un ataque dulce, maduro, repitiendo las frutas encontradas en la etapa olfativa, volumen medio, con una textura de taninos muy redondos, acidez media-baja, y final medio muy agradable.


TESTIGO BLEND 2020 (botella 970 de 1.200)

Variedades: Merlot, Cabernet Franc, Tannat, Syrah

Alc. en Vol.: 13,6

PH: 3,67

So2T: 89 mg.

Color: 1.180

Envasado: 17 de agosto de 2020

De coloración rojo rubí intenso, muy límpido y brillante. En la nariz se muestra algo floral, con buena fruta y tonos leves de especias. Boca frutal de mediana intensidad, franco, armónico, de buena complejidad, con taninos presentes y acidez media.


Así que el desafío queda planteado, aguardando los resultados que el tiempo vaya arrojando, y evaluando si será posible lograr un producto satisfactorio a nivel técnico, no pasando solo por lo emocional, sino por una cata seria y de rigor. Al final de cuentas, la enología es una ciencia que actua en función de obtener un producto sano y que perdure estable por el mayor tiempo posible.

Texto: Sommelier Daniel Arraspide